Sobre la obra El Observador

      Hace unos días, un gran amigo, escritor y estudioso de la psicología y de la  espiritualidad, me envío sus reflexiones (informales, según él) sobre mi obra Observador. Este regalo lo expongo sin retocar porque son palabras espontáneas, emanadas de una gran riqueza interior, y por ello expongo el mensaje tal cual lo recibí.

     "Estos días estuve pensando mucho en un cuadro tuyo que tú tenías en especial aprecio, El observador. A mí me parecía extraordinario  y muy enigmático.

El Observador, año 2007,100x80 cm, acrílico sobre lienzo

     Sabía que era una expresión creativa esencial en la naturaleza. He reflexionado, sin que por ello sea en mis pensamientos original, sobre esta especie de entidad que debe estar dentro de nosotros. Si hay un observador, lo que hace es ver sin intervenir, de manera neutral, a nuestra mente; esa que los psicólogos estudiamos como funciones superiores ejecutivas, todo eso que estudiamos como emociones, todo eso que hacemos como acciones. 

     Esa es la mente en su plano ejecutivo, que nos parece que es lo que somos, pero, por encima de ella tiene que estar el observador que ve no solamente lo que nos es consciente sino todo aquello que nos es inconsciente y pareciera que no existe, para la mente, porque no es capaz de captarlo con su racionalidad, ni a veces con su intuición, o recibe retazos de ello a través de los sueños más de índole arquetípicos que de manifestación individual. 

     Pero el observador me parece que puede "ver" todo el campo donde la mente queda limitada. Puede "ver" todo nuestro campo corporal donde depositamos nuestra identificación biográfica, todo el campo de los sentidos (los cinco sentidos) que nos abren al mundo exterior y son capaces de formar en su base a la mente, y a la mente como conciencia que gobierna todo ese universo de nuestro cosmos. 

     Pero por encima hay otra entidad, y no puede ser otra cosa que el observador.

  El observador debe ser eso que llamamos  Ser (alma) que pudiera estar en otra dimensión, imparcialmente "visionando" toda nuestra existencia. Quizás cuando Descartes decía "pienso luego existo" esté proyectado en lo puramente mental, pero, ¿si no pienso no existo? Aunque ese racionalismo esté superado. ¿si no pienso no existo? Ahí es donde se ubica a mi entender el observador de tu cuadro, existe la máxima percepción de la mente pero en el silencio de ella misma: no puede ser otra cosa que el Ser, nuestro verdadero Ser. 

     Para mi lo que tú proyectaste en el cuadro fue EL SER, que está por encima de la mente, es quizás a lo que técnicas como la meditación del yoga tratan de alcanzar con sus prácticas, y rebasar nuestra naturaleza biológica y llegar al ámbito de lo espiritual.  

El ser no puede ser otra cosa que nuestra alma. 

     O sea, que quién nos observa todo el tiempo es nuestra propia ALMA, y esta no debe ser material, o en otro caso quizás sea también materia muy sutil, o pura energía: misterios y muy gordos... Nuestra existencia, nuestra conciencia y nuestra felicidad no pueden depender solamente de estar aquí en esta vida, todo sería muy burdo, muy soso, muy aburrido... jejeje. Para que veas lo que da de sí tu cuadro."

    

     Ahí es nada la reflexión espontánea de mi amigo... un regalo que me enorgullece; no porque mi obra refleje todo eso, sino porque ha servido para que esta enorme persona vuelque estos retazos de su mente en el mensaje. Gracias, inestimable amigo.

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